Plan de recuperación para Europa: Energías Renovables y digitalización
El 21 de Julio de 2020, la Unión Europea consiguió aprobar el Plan de recuperación para Europa, un paquete de ayudas directas para estimular la economía y hacer frente a la crisis sanitaria generada por el Covid-19. El paquete financiero suma un total de 750.000 millones del plan de recuperación, de los cuáles España recibirá 140.000 millones.
Situación actual
Actualmente nos encontramos en medio de una transición denominada “nueva normalidad” en la que los Gobiernos de la gran mayoría de los países están redactando planes y estableciendo normativas con el objetivo de recuperar la actividad empresarial y devolverla, poco a poco, a niveles pre-crisis.
No obstante, la situación actual está marcada por una enorme incertidumbre, en la que son muchos los factores de los que depende la recuperación económica. Además del impacto de los estímulos fiscales y monetarios y el compromiso del sector privado, nadie puede precisar cuál será la evolución de la propagación del virus y la posibilidad de futuros rebrotes o una nueva cuarentena obligatoria no son escenarios improbables.
En este panorama, las iniciativas incluyen proporcionar apoyo a las inversiones; reforzar programas fundamentales para la recuperación y financiar acciones para generar resiliencia en el futuro. El Plan de recuperación Europeo consta de varios pilares sobre los cuales se asentará el crecimiento de la Unión Europea, los cuáles principalmente se basarán en la transición digital y la transición ecológica.
Energías renovables
A día de hoy, las energías renovables son la fuente de energía más barata para más de dos tercios de la población, coincidiendo con que grandes empresas energéticas acaban de anunciar planes para acelerar sus inversiones en energías limpias como parte de su plan de recuperación económica tras la crisis del Covid-19.
Las empresas son conscientes del gran potencial que presentan las energías renovables. Por ejemplo, la energía marina tiene el potencial de «descarbonizar» completamente el sector energético mundial y en cuanto a la energía fotovoltaica, España tiene una capacidad potencial de generación que le permitiría convertirse en un importante exportador de energía. Además, la energía eólica y la energía solar también se están beneficiando de la rápida disminución de los costes de la tecnología. Los costes de generación de energía solar cayeron un 82% en el período 2010-2019 y los de la eólica se reducirán a más de la mitad para el 2040.
Pero no todo son buenas noticias para las energías renovables, uno de los principales obstáculos que frena su desarrollo es la reglamentación restrictiva, en lo que se refiere a las normas de planificación y de concesión de licencias.
Otro factor importante son las controversias relacionadas con la construcción, por ejemplo, problemas relacionados con el cableado y los cimientos en proyectos eólicos.
Durante años, los proyectos de energía renovable apenas recibían subvenciones y era imposible para las empresas hacer frente a los elevados costes de la inversión. Gracias a la disminución de los costes de la tecnología y al ambicioso Plan de recuperación Europeo que impulsará las energías limpias, se prevé un futuro muy próspero para el sector.
Digitalización
La nueva etapa surgida tras los primeros meses de la crisis del coronavirus ha obligado a la gran mayoría de las empresas a apostar por la digitalización. Según datos de Inloyalty, la compañía especializada en fidelización, el 45% de la población opta por potenciar formas de pago que minimizan el contacto, como tarjetas contactless o pago a través del móvil.
Fuente: Statista
Se estima que, los sectores que más se digitalizarán serán la banca y los seguros, las telecomunicaciones y servicios básicos, con un mayor protagonismo de la web/App.
No debemos olvidar que la digitalización no pasa solo por añadir tecnologías a la empresa. Es mucho más que eso, supone un cambio en la manera en que se trabaja y la manera en que se relacionan las personas y los procesos.
El consumidor tiene cada vez más información, mayor poder de decisión y capacidad de generar opinión. Además, tiene a su disposición canales de información de los que hasta hace poco sólo disponían las marcas.
El cliente quiere interactuar, no recibir comunicados fríos ni ser bombardeado por anuncios que no le interesan. El consumidor quiere que las marcas a la cuales les da su confianza, le traten como a una persona.
Conclusiones
Según datos del Informe de Digitalización del Sector Energético Español presentado el pasado mes de junio, desde el 2014, las inversiones destinadas a la digitalización del sector energético han aumentado un 20% a nivel mundial. Una vez analizado estos datos, la principal conclusión que se extrae es que en pleno 2020, todavía queda un importante camino por recorrer en este ámbito, es decir, nos encontramos en un contexto que presenta varios retos y ofrece diferentes oportunidades a afrontar.
Desde la crisis del Covid-19, la digitalización ha sido la salvación de muchos sectores y ha obligado a modernizarse a unos cuántos que se encontraban obsoletos. Por todo ello, se ha convertido en una herramienta clave en los actuales planes de reactivación que se están poniendo en marcha para frenar todas las consecuencias económicas por la pandemia.
Dentro del sector energético las tecnologías digitales son fundamentales para alcanzar la transición hacia el modelo energético y cumplir con los objetivos marcados para 2030 según el Pacto Verde Europeo, donde se pretende conseguir un aumento del uso de las renovables y reducir la huella de carbono.
Al fin y al cabo, la digitalización de los sistemas energéticos tiene la capacidad de contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible desde varios frentes como son:
- La mejora de la eficiencia energética.
- El fomento de la economía circular.
- La mejora de la transparencia.
- Trazabilidad y seguridad.
- El desarrollo de transporte sostenible.